Denuncias políticas marcan el cambio en el alto mando policial tras la posesión de Augusto Russo

La tarde de este lunes, Luis Arce Catacora oficializó la posesión de Augusto Russo como nuevo comandante general de la Policía Boliviana. Este cambio se produce en medio de tensiones políticas, ya que la diputada evista Gladys Quispe denunció que la decisión de reemplazar al comandante saliente Álvaro Álvarez y al director nacional de Inteligencia, Edwin Félix Pérez Mendieta, estaba motivada por su presunto fracaso en la aprehensión del expresidente Evo Morales.

En una conferencia de prensa, Quispe afirmó haber recibido información no oficial sobre una reunión celebrada en la Casa Grande del Pueblo la noche anterior, donde se cuestionaron a ambos altos mandos policiales por el Gobierno, particularmente por el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo. "Ha habido una discusión fuerte donde incluso han definido que hoy van a rodar cabezas", sostuvo la diputada.

Según Quispe, el general Augusto Russo Sandoval, quien ahora asume el mando policial, ha estado involucrado en la persecución política contra Morales durante el gobierno de Jeanine Añez. "Van a ser destituidos por no haber detenido a Evo Morales", indicó.

Casi una hora después de las declaraciones de Quispe, se llevó a cabo el acto de posesión, donde Russo fue confirmado como comandante general, en sustitución de Álvarez, quien había sido ratificado en su cargo solo dos semanas antes. En cuanto a Pérez Mendieta, fue reemplazado por el general primero Ismael Tito Villca Vargas como director nacional interino de Inteligencia.

Este inesperado cambio en la cúpula policial se produce en un contexto de creciente conflicto entre el Gobierno y el bloque evista, especialmente tras las denuncias recientes contra Morales por presunto trata y tráfico de personas.