El contrabando desafía a las autoridades en Tarija: controles intensificados en las fronteras
El contrabando sigue siendo una preocupación en Tarija, con controles en caminos ilegales y fronteras. La Aduana Nacional intensifica esfuerzos frente al aumento de la actividad ilícita.
El contrabando sigue siendo uno de los principales retos para las autoridades de Tarija, especialmente en las zonas fronterizas, como en la ciudad de Bermejo, donde la actividad ilegal afecta tanto la economía local como la seguridad en la región. Desde la Aduana Nacional se ha reconocido un repunte en esta actividad, especialmente por las rutas ilegales de Sama, Huayllajara y Tolomosa, que se han convertido en puntos clave para el tráfico de mercancías.
En respuesta a este incremento, las autoridades están llevando a cabo controles militares en las fronteras, con el apoyo del Viceministerio de Lucha contra el Contrabando y el Comando Estratégico Operacional (CEO). El objetivo es interceptar los camiones y transportes que intentan ingresar al país por caminos clandestinos, con mercancía que abarca desde arroz, fideos, hasta aceites y otros productos de consumo cotidiano. Estas mercancías, una vez confiscadas, son entregadas a la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa) para su comercialización en el mercado interno.
El gerente regional de la Aduana en Tarija, Ludueño Condori Guerrero, ha informado que se tiene personal de inteligencia desplegado en las rutas ilegales, lo que ha permitido una mayor vigilancia y control de las zonas afectadas. Además, la preocupación se extiende por el riesgo de desabastecimiento en Bermejo, debido a la alta demanda de productos desde Argentina. Se estima que diariamente al menos 3.000 argentinos cruzan hacia Bolivia para abastecerse de productos más económicos.
Condori también destacó que los controles fronterizos se han intensificado, especialmente en los puntos de Aguas Blancas y Salvador Mazza, en Argentina, donde la Gendarmería Argentina ha desplegado personal para frenar el contrabando proveniente de Bolivia.
El panorama no mejora, ya que, a pesar de los desafíos logísticos, como la reciente crecida del río Bermejo, el contrabando no ha cesado. Incluso, los traficantes siguen cruzando el río en chalanas y gomones, poniendo en riesgo su vida mientras transportan grandes cantidades de mercancía hacia y desde ambos países.
Este fenómeno no solo representa una amenaza económica para Bolivia, sino también una competencia desleal para los productores locales y una constante preocupación para las autoridades encargadas de proteger la seguridad en las fronteras.
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