La deuda interna de Bolivia quintuplica lo proyectado y alerta sobre riesgos financieros

El endeudamiento interno de Bolivia alcanzó niveles alarmantes al cierre de 2024, sumando Bs 31.881 millones, cifra que quintuplica las proyecciones iniciales del Gobierno. Este escenario ha generado preocupación entre economistas, quienes advierten sobre los riesgos financieros que enfrenta el país.

Según el Colegio de Economistas de Santa Cruz, los recursos obtenidos por endeudamiento interno no se destinaron a inversiones productivas, sino a cubrir gastos corrientes, lo que pone en jaque la estabilidad económica a largo plazo.

En 2019, la deuda interna ascendía a Bs 16.000 millones, pero para 2023 alcanzó Bs 101.000 millones, marcando un crecimiento exponencial. Además, el Presupuesto General del Estado (PGE) 2025 proyecta que el 73% de los Bs 82.527 millones necesarios para financiamiento provendrá de fuentes internas, en un contexto de reservas internacionales reducidas y un déficit fiscal del 9,2% del PIB.

El Ministerio de Economía justificó el incremento en la deuda señalando factores como la pandemia, la caída de ingresos por exportación de gas y tensiones sociales. Sin embargo, también atribuyó el uso de financiamiento interno a la negativa de la Asamblea Legislativa de aprobar créditos externos previamente gestionados.

Economistas como Claudia Pacheco y Germán Molina advierten que Bolivia se aproxima a una crisis fiscal debido al elevado gasto público y la dependencia del crédito interno. Según Pacheco, el país enfrenta restricciones para acceder a financiamiento externo debido a una alta calificación de riesgo país, lo que obliga al Gobierno a recurrir a instituciones nacionales como el Banco Central y la Gestora Pública.

De no implementarse medidas para reducir el gasto y diversificar las fuentes de ingreso, los expertos alertan que Bolivia podría enfrentar una crisis financiera severa, con impactos profundos en la economía nacional.