Palmasola vuelve a la normalidad tras motín por alimentación y reactivan visitas
La cárcel de Palmasola retomó la normalidad tras un motín por deuda alimentaria. La Gobernación cruceña se comprometió a pagar un mes de la deuda pendiente.
La cárcel de Palmasola, en Santa Cruz, volvió a la normalidad en torno a las 14:00 de este martes después de un motín protagonizado por los privados de libertad. El reclamo central del conflicto fue la falta de pago a la empresa proveedora de alimentos, lo que ocasionó el desabastecimiento.
Según el informe policial, los reclusos decidieron dar un cuarto intermedio a las protestas, pero mantienen sus exigencias respecto al suministro de alimentación diaria, considerado un derecho fundamental. Tras la tregua, también se reactivó el ingreso de visitas al recinto penitenciario.
El director de Régimen Penitenciario, Juan Carlos Limpias, informó que la responsabilidad de garantizar el pago a los proveedores de alimentos recae en la Gobernación de Santa Cruz, que según lo estipulado por ley debe cubrir las necesidades de los reos. Limpias señaló que existe un compromiso por parte del ente departamental para saldar al menos un mes de la deuda.
Aunque no se precisó el monto total de la deuda, el director explicó que el gasto diario para la alimentación de los privados de libertad de todas las cárceles cruceñas asciende a Bs 88.000, considerando que se destinan Bs 8 diarios para cada uno de los aproximadamente 11.000 reclusos en el departamento.
Durante el motín, los internos corearon “¡Rancho! ¡Rancho!” mientras golpeaban ollas en señal de protesta, exigiendo una solución inmediata al problema de alimentación.
Por su parte, el gobernador de Santa Cruz, Mario Aguilera, informó que su administración está realizando una reingeniería financiera y ha solicitado al Gobierno central los recursos necesarios para atender varias necesidades del departamento, incluida la deuda del prediario de los reclusos.
Este conflicto refleja la crisis estructural en el sistema penitenciario del país, donde la alimentación básica de los privados de libertad sigue siendo motivo de tensiones recurrentes entre niveles de gobierno.
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