Bolivia y el informe oculto del FMI: Crecimiento estancado e inflación desbordada preocupan al país

En medio de un contexto electoral y creciente incertidumbre económica, ha salido a la luz que el Gobierno boliviano habría solicitado al Fondo Monetario Internacional (FMI) no publicar inmediatamente el informe del Artículo IV correspondiente a 2025, postergando su revelación hasta fines de mayo. Este informe, que debía ser de conocimiento público el 2 de mayo, contiene proyecciones económicas poco favorables para el país y podría impactar negativamente en la campaña oficialista rumbo a las elecciones nacionales de agosto.

De acuerdo a los datos disponibles en la página oficial del FMI, se estima que Bolivia alcanzará un crecimiento económico de apenas 1,1% en 2025, el más bajo de toda América Latina y el Caribe, superando solo a economías que enfrentarán decrecimiento como Haití, Venezuela y México. Para 2026, se prevé una desaceleración aún mayor, con un crecimiento de solo 0,9%.

En cuanto a la inflación, el FMI proyecta una tasa del 15,1% para 2025, colocando a Bolivia como la cuarta economía más inflacionaria de la región, detrás de Venezuela, Haití y Argentina. Para 2026, la inflación podría incrementarse a 16,8%, muy por encima del promedio regional de 4,4%. Estas cifras contrastan fuertemente con el Presupuesto General del Estado 2025, que había previsto una inflación del 7,5%.

En el ámbito externo, el saldo de la cuenta corriente se ubicará en -2,5% del PIB en 2025 y caerá a -3% en 2026, reflejando un persistente desbalance comercial. El desempleo se mantendría en 5,1% para ambos años.

El informe también alerta sobre el creciente déficit fiscal, que en 2024 habría alcanzado el 10% del PIB, mientras que el déficit corriente superó el 4%. A pesar de que el FMI proyecta cifras menores para los siguientes años, los analistas consideran que la situación real podría ser más crítica, debido al desgaste de las Reservas Internacionales Netas (RIN), el alto endeudamiento público y la devaluación sostenida del boliviano frente al dólar.

Expertos coinciden en que la economía boliviana se encuentra estancada y con baja capacidad de respuesta, y señalan que solo un nuevo gobierno podría implementar medidas estructurales o de shock orientadas al equilibrio fiscal. Hasta ahora, las autoridades actuales han optado por políticas paliativas que solo buscan ganar tiempo en medio de una crisis creciente.