Crisis de precios resucita el plan de crear otro mercado campesino

En un giro significativo para el mercado agrícola de Tarija, el precio del tomate ha experimentado una baja drástica en los últimos días. El costo de una caja de tomates ha descendido de 240 bolivianos a 120, mientras que el precio de la cuartilla se ha reducido de 40 a 22 bolivianos. Este fenómeno ha generado un debate sobre las dinámicas de los precios y la necesidad de reformar la cadena de distribución, además de fortalecer los controles en los intermediarios y las fronteras con Argentina.

Los campesinos locales han señalado que los intermediarios son los principales responsables de la elevación de los precios, argumentando que mientras ellos venden sus productos a precios justos, los intermediarios inflan los costos antes de que los productos lleguen al consumidor final. Esta situación ha llevado a un resurgimiento de la iniciativa para establecer un mercado directo del productor al consumidor.

El presidente de la Cooperativa Regional de Administración y Mercadeo Agropecuario (CRAMA), Rivelino Zenteno, señaló que el precio de los productos agrícolas se mueve en base a la oferta y demanda que existe en la región. Enfatizó que si bien el CRAMA establece precios referenciales sobre el costo de los productos, son los revendedores quienes incrementan el precio. Apuntó a la Intendencia Municipal como responsable de controlar los mercados.

“Nosotros todos los días hacemos un levantamiento del precio de los productos y lo hacemos público en horas de la mañana. Por ejemplo, anteriormente el tomate estaba a 230 y 240 bolivianos la caja, pero ahora está a 110 y 120 bolivianos, entonces están bajando los productos”, explicó Zenteno.

La Federación Departamental de Juntas Vecinales (Fedjuve) ha intervenido en el debate, solicitando controles más estrictos en los mercados. Según la Fedjuve, existe una notable discrepancia en los precios del tomate entre el Mercado Campesino y otros mercados de la ciudad, donde aumentan significativamente debido a la especulación de los intermediarios.

El reciente descontrol que hubo con el alza de algunos productos agrícolas que son parte de la canasta básica familiar, hizo replantear al sector campesino e incluso al mismo CRAMA, la necesidad de establecer un verdadero mercado campesino en donde el comercio se dé del productor al consumidor.

La gerente del CRAMA, Aluida Vilte, recordó que inicialmente el Mercado Campesino había nacido con este fin, sin embargo, de un tiempo a esta parte ha sido acaparado por los revendedores.

Diversas instituciones han coincidido al exigir un mayor control en las fronteras para evitar la fuga de la producción local hacia Argentina. La preocupación radica en que, con la reducción de precios en Tarija, existe un incentivo para que los productos sean contrabandeados hacia el país vecino, donde los precios pueden ser más altos debido a la demanda.

El presidente de la Fedjuve, Celestino Barro, señaló que tras su visita en la frontera entre Bolivia y Argentina, ha podido advertir que existe fuga de la producción local hacia el vecino país, por ello es que pide a las autoridades competentes efectuar un mayor control. El dirigente enfatizó que el contrabando no solamente se da con la producción agrícola, sino también por el contrabando de combustible.

El ejecutivo de la Central Obrera Departamental (COD), Carlos León, también expresó su preocupación por el incremento del costo de la canasta básica familiar sin que haya un control por parte de las autoridades competentes, lo que está llevando a un encarecimiento general de los productos del hogar.

“Creo que aquí las autoridades tienen que hacer los controles respectivos para que los precios se tengan que controlar y mantener, porque aquí, hoy nos dormimos con un precio y mañana nos levantamos y las cosas tienen otro precio. Entonces estamos viendo que todo mundo hace lo que mejor le parece con el tema de los precios”, reclamó León.