Meriles Asume la Presidencia del MAS Tarija en Medio de la Controversia con Evo Morales

El Movimiento al Socialismo (MAS) en Tarija avanza en su proceso de normalización interna, pero sigue enfrentando desafíos significativos. El 11 de noviembre, Andrés Meriles fue elegido presidente del MAS Tarija durante un congreso departamental realizado en Camacho, municipio de Padcaya. La elección, sin embargo, no cuenta con el respaldo de Evo Morales, quien no reconoce este proceso como legítimo.

Meriles, quien se destacó en la Federación Sindical Única de Comunidades Campesinas de Tarija (FSUCCT), asumirá el cargo con el respaldo de la corriente interna conocida como “arcista”, aunque la resistencia por parte de Evo Morales y sus seguidores se mantiene. Julia Ramos, histórica dirigente de las Bartolinas, se refirió a este proceso de normalización del MAS en Tarija, destacando que, a pesar de la falta de legalidad, consideran que tienen la legitimidad para seguir adelante con sus planes de renovación.

A pesar de la presencia de altos dirigentes como Grover García, presidente del MAS nacional, y el ministro de Medio Ambiente y Agua, Alan Lispeguer, en el Congreso de Camacho, la elección de Meriles no fue reconocida por la estructura oficialista encabezada por Morales. Este Congreso, que también contó con la participación de Cristina Romero como vicepresidenta, subraya las tensiones internas dentro del MAS en Tarija.

El conflicto interno del MAS en Tarija comenzó hace más de cinco años, cuando la representación departamental, encabezada por Carlos Acosta, no fue renovada. Desde entonces, la representación del partido en la región ha estado marcada por divisiones, con disputas sobre la lealtad a Morales o al presidente Luis Arce. La elección de Meriles representa un desafío para las estructuras tradicionales del MAS, que aún no logran superar el distanciamiento y la falta de cohesión interna.

Con esta nueva elección, se espera que el MAS en Tarija inicie una etapa de cambios, aunque el camino hacia la normalización completa será complicado. La capacidad de movilización de los diferentes grupos internos será clave para definir el futuro del partido en la región.