Aumento de precios de alimentos genera preocupación entre los consumidores en Bolivia
El alza en los precios de alimentos como arroz y carne de pollo persiste, generando preocupación entre los compradores y productores en Bolivia.
El reciente aumento de precios de alimentos en Bolivia ha suscitado preocupación entre los consumidores y productores. A pesar de que el Gobierno nacional asegura que el incremento de precios, especialmente en productos como el arroz y la carne de pollo y de res, es coyuntural, expertos advierten que esta tendencia podría continuar.
Jorge Méndez, máximo ejecutivo de la Asociación Departamental de Porcicultores (Adepor), expresó su preocupación por las implicaciones que este aumento de precios tiene para el aparato productivo y el bolsillo de la población. “Los granos han subido (de precio), tanto el sorgo como la soya, lo que también encarece los costos. Vivíamos del gas, y hoy día no tenemos gas. Si no hay dólares, ¿cómo podemos sostener esta situación?”, cuestionó Méndez.
El aumento de precios no solo afecta a los productores, sino que también impacta directamente a los consumidores. Muchos compradores se han mostrado preocupados por el incremento en los precios de la canasta básica, indicando que ya no les alcanza el dinero para adquirir los alimentos necesarios. Una ama de casa comentó: “Ya Bs 100 no alcanza para nada. Antes con Bs 100 podías comprar para dos o tres días, ahorita no alcanzas ni para uno”.
El viceministro de Comercio Interno, Grover Lacoa, reconoció el incremento en los precios, pero lo justificó como “normal en esta época”, citando factores como la sequía y los incendios que están afectando al sector productivo. Sin embargo, el ministro de Planificación, Sergio Cusicanqui, defendió que a pesar de la crisis climática y el contrabando, Bolivia mantiene precios de alimentos más bajos en comparación con otros países de la región.
Con productos como la carne de cerdo, el pollo, el arroz y el aceite reflejando incrementos de precios, muchos consumidores se ven obligados a reducir sus compras y hasta las comidas diarias. “A medida que siga empeorando la economía, los costos de todos los artículos en el mercado van a seguir subiendo”, concluyó Méndez.
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