Cierre de más de 150 centros de cuidado infantil público en Tarija deja desprotegidos a niños y familias
En los últimos años, más de 150 centros de cuidado infantil públicos cerraron en Tarija, exacerbando la inequidad de género y afectando a la primera infancia y a las familias que dependen de estos servicios.
En el departamento de Tarija, la clausura de más de 150 centros de cuidado infantil públicos en los últimos años ha dejado desprotegidos a niños y familias, exacerbando la inequidad de género y afectando especialmente a la primera infancia y a las familias que dependen de estos servicios.
Andrea Isabel Guzmán Arroyo, oficial de proyectos de Oxfam Bolivia, ha advertido sobre las consecuencias de este cierre, señalando que la reducción de recursos de la renta petrolera ha llevado a recortes presupuestarios en estos centros, desviando fondos hacia otras áreas y generando su clausura.
Actualmente, solo hay 5 centros de cuidado infantil en funcionamiento en Tarija, ubicados en Cercado y Entre Ríos. Estos centros ofrecen servicios integrales que incluyen cuidado, educación, nutrición y atención médica. Sin embargo, la infraestructura y los costos varían significativamente entre ellos, lo que resalta la necesidad de igualdad en el acceso.
La preocupación por el cierre de estos centros se centra en el impacto directo en la población, especialmente en la primera infancia y en las familias que dependen de estos servicios. La falta de acceso a servicios de calidad para la primera infancia afecta desproporcionadamente a familias de bajos recursos, limitando su acceso a cuidado infantil adecuado.
Además, el cierre de los centros públicos ha llevado a un aumento de los precios en los centros privados, lo que afecta aún más a las familias de bajos recursos. Esta situación refuerza la carga desproporcionada del cuidado infantil en las mujeres, perpetuando la desigualdad de género y de oportunidades.
Organizaciones como Oxfam instan a una mayor intervención estatal en el cuidado infantil y abogan por regular los precios de los centros privados. Además, destacan la necesidad de habilitar horarios flexibles que se ajusten a las dinámicas laborales y educativas, para que más mujeres, hombres y familias puedan acceder a estos servicios.
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